El cierre fiscal es el proceso mediante el cual la empresa elabora y presenta el resultado del ejercicio, una vez realizados todos los ajustes correspondientes.
Es a partir de este resultado, el denominado resultado fiscal, del cual se calculan los impuestos que la empresa tiene que pagar.
El proceso para realizar el cierre fiscal consta, principalmente, de dos fases:
1.-Cierre contable: Se obtiene el resultado del ejercicio contable de la compañía. Este resultado se obtiene como la diferencia entre ingresos y gastos anuales.
2.-Cierre fiscal: Ya en la segunda fase obtenemos el resultado fiscal. Para calcularlo, partimos del resultado contable que hemos obtenido en la fase anterior y realizamos una serie de ajustes contables. Estos ajustes pueden ser consecuencia de deducciones que permite el legislador, de diferencias en las amortizaciones, etc. Por ejemplo, es habitual que el legislador prevea deducciones por la contratación de personas discapacitadas o por la inversión en I+D. De esta forma, se incentiva a las empresas a realizar estas actividades, ya que se traduce en un menor impuesto a pagar.
El cierre fiscal se elabora de forma anual. Se considera que en un año se ha completado, de forma general, el ciclo productivo de una compañía y, de esta forma, la Administración se asegura la recaudación impositiva de forma periódica.
Para que la llegada del cierre fiscal sea menos estresante, es necesario que las Empresas tengan procesos de contabilidad bien organizados y automatizados. De esta manera, realizar su declaración anual será más sencillo, ahorrarán tiempo y no se perderán la posibilidad de hacer deducciones que, sobre todo en un momento de crisis, pueden ser muy importantes para la organización.
Estas son algunas recomendaciones para que declarar impuestos sea más sencillo:
Oportunidad: tener un orden en los registros comerciales de la Empresa. Si estos están bien organizados, será posible entregárselos con anticipación a los contadores. Esto es fundamental, ya que a comienzos del cierre fiscal, ellos tienen más tiempo para enfocarse en preparar los impuestos de las empresas.
Herramientas digitales: A través de ellas, se puede hacer un seguimiento puntual mes a mes, de modo que al llegar el cierre contable sea más fácil y rápido hacer la conciliación de las cuentas.
Es importante establecer una clasificación de gastos en diferentes categorías, de modo que sea sencillo ubicarlos al momento de la declaración. Para esta labor, se puede utilizar un software de contabilidad, que sirve en gran medida para registrar y clasificar gastos. Algunos softwares permiten importar transacciones comerciales desde la cuenta de banco de la Empresa, lo que facilita todo el proceso.
Orden: los empresarios deben mantener separadas sus cuentas personales de sus cuentas empresariales. Esto aporta claridad a las finanzas empresariales, evita que el negocio absorba una presión fiscal extra proveniente de gastos o ingresos ajenos a él, y previene que algún gasto que la Empresa podría deducir se pierda por haber sido cubierto con una cuenta personal.
Lograr un cierre fiscal más sencillo y facilitar la declaración anual es posible si las Empresas se enfocan en automatizar sus procesos para ganar orden, control y claridad.